Todos los focos iluminaban a Camila Pláate recibiendo la Concha de Plata como actriz de reparto en “Belén” en el festival de San Sebastián, pero no fue la única intérprete tucumana reconocida internacionalmente por su trabajo en una película. Sergio “Negro” Prina también estuvo atravesado por la alegría el sábado, y por partida doble. En la fiesta en el País Vasco, la producción que protagoniza, “Un cabo suelto”, se llevó una mención especial en la categoría Horizontes Latinos (la segunda en importancia) precisamente por “construir un universo de personajes auténticos, cargados de carisma y un humor encantador”. Una descripción que recae principalmente en su labor.

Y para completar la felicidad, el filme -una coproducción entre Uruguay y Argentina, con aportes españoles, dirigida por Daniel Hendler- recibió dos premios oficiales en el 35º Festival Iberoamericano de Cine Ceará, realizado en Brasil: a la Mejor Actuación Protagónica para el actor local y a la Mejor Actuación de Reparto para Pilar Gamboa. Una curiosidad es que el trío mencionado -Hendler, Prina y Gamboa- compartieron elenco en la primera temporada de “División Palermo”, la comedia nacional de Netflix.

“Un cabo...” hace doble referencia a Santiago Payares, un agente de la Policía argentina y pieza libre de algún hecho doloso indeterminado que debe ser callado. Perseguido por sus propios colegas, cruza la frontera hacia Uruguay y recorre puestos de comida regional probando quesos y embutidos para sobrevivir, al tiempo que intenta pasar desapercibido entre los lugareños, según la sinopsis oficial. Con simpatía reemplaza su falta de dinero y va evitando problemas con astucia, hasta que encuentra a una joven de la que se enamora en un guión que recorre la comedia romántica, la road-movie y el suspenso policial. Todavía no tiene fecha de estreno en la provincia. “Ahora la película está girando, haciendo un viaje por festivales y buscando que alguna plataforma se interese por ella, pero sé que está la voluntad de proyectarla en salas”, admite Prina.

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“Obviamente, los premios me producen placer y felicidad enormes, es el reconocimiento del laburo. Un mimo al alma y al ego, que puede replicar en más trabajo en definitiva, que es lo que uno busca. Claro que no se trabaja para que a la gente le guste lo que se hace, pueda pasarla bien y reflexionar, pero es bienvenido poder vivir de esto”, remarca para LA GACETA

- ¿Hubo algún desafío especial en tu personaje?

- Cada proyecto tiene su complejidad pero en este caso fue linda porque Daniel ha metido como mucha mano en la dirección, sobre todo en la actuación y me ha llevado por lugarcitos que no había circulado antes, porque es un filme muy particular con una mirada muy singular y muy propia del director.

- ¿Cómo definirías a tu Santiago?

- Como un buen tipo, transparente, optimista, que siente mucho pero que no aprendió a demostrarlo. Es muy sensible y tiene muchas ganas de vivir, por lo que lo mueve ese instinto básico. No tiene grandes destrezas y no sobresaldría dentro de un grupo, salvo por ser muy memorioso.

- Tu personaje está huyendo. ¿Vos huís de algo en tu vida?

- Quizás me gustaría huirle un poco al paso del tiempo, a la velocidad porque pasa muy rápido y me gustaría que sea más lento. También de mis inseguridades, cuando me doy cuenta que están ahí. Es una zona que intento trabajarla. Y sí huyo cuando aparece el pesimismo, no me gusta para nada, y de los espacios de violencia o de donde siento que hay poca empatía; cuando algo de eso aparece, hay una especie de alarma que se me prende que me dice que salga de ahí.

- ¿Al tratar de salvarse, encuentra una nueva vida?

- Es verdad que el personaje encuentra otra forma de vivir, pero y sobre todo encuentra la conciencia de que puede vivir de otra manera. Hay algo que se va transformando y cambiando en él, que no sabe cuál será finalmente. Lo que le sucede es que se encuentra con el deseo de vivir de otra manera, como si se despertase. Algo de eso sí me parece que está completamente asociado a la actuación: uno puede crearse nuevas posibilidades para estar en otros mundos posibles, contar historias, detenerse un poco, parar la pelota, dejar de estar en automático y generarse otra posibilidad para estar lo más vivo posible.

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- Todo transcurre en una frontera...

- Cosa que me parece muy interesante porque también la actuación siempre está en una zona fronteriza, que se debate entre algo que es muy real que es lo que te pasa cuando estás actuando y algo que es la ficción de contar la historia que se relata. Uno siempre se está debatiendo entre algo real y algo mentiroso. Uno nunca deja de ser uno mismo para ser otra cosa, es casi imposible.

- ¿Qué se viene?

- En un par de semanas se estrenará la serie de Tafí Viejo, calculo que iré a otros festivales con “Un cabo...” y estoy dirigiendo una obra con María José Medina que también saldrá pronto. Y además nos vamos con Camila y todo el elenco a Buenos Aires a hacer “Que pase algo...”, además de que la estoy dirigiendo en un unipersonal, ya para el próximo año. Y seguiré con las clases.

Reconocimiento a “Souvenir”: presencia tucumana en Luz del Desierto

Otra presencia tucumana en la gran pantalla tuvo lugar en la novena edición del Festival Internacional de Cine Luz del Desierto, realizado en la Capital Federal, donde se proyectó el cortometraje “Souvenir - Un recuerdo para toda la vida”, de Martina Díaz Santilli, en el que aborda el abuso sexual intrafamiliar y el impacto del estrés postraumático en María, una adolescente a punto de cumplir 15 años. Por su trabajo técnico en esta producción, la porteña Constanza Curia recibió el Premio de la Asociación Argentina de Coloristas (AAC) al mejor tratamiento de color en una película.